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martes, 4 de febrero de 2014

SER HUMANO EN POSITIVO


Muchas veces nos excusamos de nuestros errores con la siguiente frase:
             
                “Hombre  soy, y nada de lo humano, me es ajeno”.

Cuando contemplamos situaciones de injusticia, atropello, marginación, decimos que son situaciones humanas que nos superan y que las soluciones, están fuera del alcance de nuestras manos. 

Fácilmente relacionamos lo humano con nuestras impotencias, debilidades y vicios.

Pero humana es la inteligencia que nos hace buscadores de la verdad y sedientos de  la justicia.
 
Humana es la voluntad que nos empuja a luchar por un mundo mejor que nos solidariza y que nos ayuda a sobreponernos a las desgracias.

Humana es la esperanza que nos hace esperar lo mejor de nosotros mismos, que nos hace ansiar el Reino prometido por Jesús, y que se manifiesta en nuestro día a día.
 
Por eso la verdadera gloria de los hombres y las mujeres es llegar a ser realmente humanos, trascender los instintos y las limitaciones propias de nuestra condición y abrazar la  gracia que Dios nos ofrece con su Palabra, con su Amor con su Evangelio.
 

Solo así podemos decir con propiedad: 
                
               “Hombre soy, y nada de lo humano me es ajeno”

 
Fuente: Ediciones Mensajero.

"Es una locura amar, a menos que se ame con locura".

Proverbio latino.

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